La fiscalización se desarrolló utilizando la nueva tecnología de precisión que ARBA incorporó en su cartografía catastral. Con imágenes de alta resolución espacial fue posible encontrar, dentro de ese conjunto de edificaciones sin declarar, 700 silos que poseen una capacidad de acopio superior a las 490.000 toneladas de maíz.
Además, los equipos de fiscalización detectaron 35 criaderos de aves de corral, cámaras frigoríficas, tanques de aceite, pavimentos y otras mejoras que los propietarios de los campos nunca habían informado.
En su primera etapa, el operativo incluyó campos de Baradero, Carmen de Areco, Colón, Chacabuco, Chivilcoy, General Alvear, Junín, Leandro N. Alem, Saladillo, Suipacha y Tres Lomas.
Tanto las construcciones como los silos, criaderos, cámaras frigoríficas, tanques de aceite, etc., son mejoras que incrementan la valuación fiscal de las partidas rurales. Por eso, al no declararlas se está evadiendo una parte del Impuesto Inmobiliario Rural, generando además una situación de inequidad respecto de quienes sí cumplen con sus obligaciones y pagan en función de su real capacidad contributiva.